No obstante en cualquier lugar de Cataluña, además de los puestos de libros, veremos los chiringuitos de diversas organizaciones políticas que a mi modo de pintan poco o nada en el día del libro. Este es el día de los libreros y lo que mola es pararse en los puestos, mirar los títulos, comentar algún libro con tus amigos, preguntar al librero que expone su producto, no ver a cuatro memos con una sonrisa más falsa que Judas debajo de sus banderas.
La politización de cualquier acto público está empezando a ser vergonzosa, y no sólo eso también es excluyente. Veamos, por ejemplo el mundo del fútbol: un catalán por el hecho de ser del Barça o del Español ya es nacionalista o españolista, con lo fácil que es ser de un equipo u otro porque te gusta como juegan. Es lo que ha sido siempre, si no como se entiende que en Barbastro, Huesca, de donde yo soy hay peñas del Barça, del Madrid o del Zaragoza ¿acaso deja de ser aragonés un barbastrense por el hecho de ser del Madrid?. Otro ejemplo vergonzoso fue el protagonizado por el candidato a la presidencia del Barça Alfons Godall refiriéndose a Jaime Alguersuari, el joven piloto de fórmula 1, aunque éste supo responderle con contundencia. Como veis no es un hecho aislado de cuatro fanáticos. ¿que podemos hacer contra todo esto? No callarnos, y responder cuando haga falta como hizo Alguersuari para poner a la gente en su sitio.
Pero dejemos estos turbios asuntos. Hoy es el Día del Libro y vamos a disfrutarlo, que se limpien los mocos con sus banderas.
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