Con voz ronca le dice el uno al otro -llevo yo el coche tío-, contesta su interlocutor arrastrando las palabras -¿ como vas a conducir si se te doblan las piernas? - Allí los he dejado discutiendo, eso si, sin levantar la voz, pero entre risas, quien de ellos iba a llevar el coche, y he pensado "lo lleve quien lo lleve ahí va una bomba, suerte para ellos en su camino a casa y suerte para quien se cruce con ellos, porque les va a hacer falta ".
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