Esta reseña va dedicada a mi amigo Miquel Botella.
Hay muchas familias que vienen en verano a la playa, pero solo hay algunos miembros de la familia que disfruta de la arena y el mar, el resto se dedica a dar vueltas por Salou sin orden ni concierto, bueno, digo mal, si que tienen un objetivo , encontrar a alguien a quien dar la vara.
Y es entonces cuando ven la puerta de alguna oficina o comercio abierta y se meten dentro. Yo creo que lo hacen sin maldad, pero algunos son insoportables. A mi que me toca aguantar a muchos se me ha ocurrido clasificarlos:
1) El comunidades. Siempre anda en algún conflicto con la comunidad de propietarios donde tiene el apartamento y necesita a alguien que le escuche. Por no mandarlo a la mierda y por educación lo escuchas, pero la cosa se complica cuando empieza que si le puedes hacer unas fotocopias, que si le puedes pasar una carta por el ordenador.....
2) El "quiero ver pisos", no es la finalidad comprarte un piso, si no saber a cuanto podría vender el suyo, aunque no sea su intención. Con el tiempo se aprende a cazarlos, y ya no das pie a que te hagan perder una mañana o una tarde dando vueltas.
3) El aburrido. Se sienta en tu mesa sin más, ni siquiera se molesta en sacar un tema de conversación. Es normal...., no le gusta la playa, en la oficina tenemos aire acondicionado. Solo le falta una caña para estar a gusto, y nunca capta las indirectas como "aquí estoy a tope de faena", "no veas cuanto papeleo he de hacer", sólamente cuando entra algún cliente se marcha, o cuando cierras la oficina, porque no le queda otra.
4) El guayabo. Señor maduro que se pasea con aires de superioridad casi siempre silbando o cantando algún ritmo conocido. Casi siempre lleva colgada del brazo una rusa o sudamericana, evidentemente mucho más joven que él, por lo que el guayabo viste ropas juveniles que le sientan como un tiro, además de llevar el pelo teñido, normalmente de negro azabache, por lo que canta un montón. suele entrar en la oficina para alardear de sus conocimientos delante de la querida de turno.
5) El guiri. suele hacer su aparición en braga naútica y hablando en su idioma natal apresuradamente por lo que no sueles pillar nada. Este elemento se cree que puede entrar con sus pintas de mamarracho donde le de la gana y que, poco menos, le tiene que rendir pleitesía. Lo normal es que lo despaché inmediatamente diciéndole que venga vestido como dios manda o bien que lo haga sentar para poner el aire acondicionado a tope, de manera que sus calores rojo gamba se mezclen con el frío reinante creándole un estado de desasosiego que le hacen irse al cabo de un rato.
Seguirá el desfile dentro de poco, Salou da mucho de sí.
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