Bueno, pues ha vuelto, ella y toda la troupe que la rodea, aunque no es algo nuevo pero ya cansa la creación de personajillos mediáticos con esa cohorte de colaboradores y periodistas que los rodean y desmenuzan su día todos y cada uno de los días de la semana.
Curiosamente se ningunea a otra clase de gente que podrían ser ejemplos por su sacrificio, valor, trabajo o logros para las futuras generaciones. Es más importante que salga el Humberto Janeiro a contar intimidades de la familia que el triunfo en Wimbledon de Rafa Nadal, del que solo se habló un poquito el día siguiente. Sin embargo tenemos Belén Esteban, vecinos, novios y familia para rato, al paso que vamos para la eternidad. El futuro para las nuevas generaciones pasa por ser famosillo o famosilla, salir en la televisión o como mal menor dedicarse a hacer bolos por las discotecas, de vez en cuando un montaje, un embarazo o no embarazo, y a seguir viviendo del cuento. El contraste entre esos pobres becarios, con su carrera de periodista, persiguiendo con el micrófono a los famosetes y haciéndoles preguntas que harían sonrojar a cualquiera, y los "pseudoperiodistas" que se sientan con cuatro folios haciendo ver que son gente informada y cultivada es tremendo.
¿Que podemos hacer? intentar ver otras cosas, tirar de internet, hacer deporte, maquetas....... porque lo que está claro es que cuanta mayor número de cadenas tenemos, más cantidad de mierda emiten. ...y perdón por la palabra.
Yo no la conozco ni ganas, el truco está en pasar de todo y no mirar la tele, que es sinónimo de mierda
ResponderEliminarMe la encontré hace años en un local de copas y ya iba de diva con un ejercito de tias que la seguían cual perros falderos.
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